Simplemente Complejo
 
 
 
Me encanta el aroma y el sabor del café recién hecho. Desde hace ya años compro el café en lugares donde el tueste es reciente, y lo pido en grano. Ya en casa lo guardo en el frigorífico y en cada ocasión muelo la cantidad necesaria. De esta manera se mantiene más el aroma y el sabor. Vengo usando molinillo eléctrico, aunque ya voy por el tercero en pocos años, por eso mi hermana me ha regalado uno manual (que yo le había pedido. ¡Gracias Inés por acordarte en tu viaje!)
 
Esta mañana he hecho la operación rutinaria de sacar el café del frigo, ponerlo en el molinillo (aún uso el eléctrico que me compré hace un par de semanas), y mantener el interruptor apretado durante medio minuto, más o menos. La fotografía de arriba es la muestra gráfica de lo que me encontré cuando abrí la tapa del molinillo. ¿Algo les llama la atención?
Pensadlo unos segundos antes de seguir leyendo ...
 
Pues, efectivamente, ¿qué diablos hace ese grano de café intacto en medio de todo el café molido? ¿Cómo es posible que todo el café se haya pulverizado hasta tamaños de centésimas de milímetro mientras que un sólo grano ha sobrevivido completamente entero, sin un rasguño?
 
Si la probabilidad de que una pavesa incendiara el rosal la semana pasada, y la probabilidad de que la maceta ardiendo quemara menos de un metro cuadrado de cesped y ahí se apagara, son ambas astronómicamente pequeñas, imagínense cual ha de ser la probabilidad de que un sólo grano de café sobreviva a medio minuto de molinillo.
 
Desde que Henri Poincaré estudiara hace un siglo las primeras órbitas caóticas en sistemas de tres partículas, ha llovido mucho. Ahora se computan órbitas caóticas en sistemas de muchas partículas rutinariamente, y algunas son realmente enrevesadas y preciosas. Me imagino al diablillo de Maxwell colándose junto a los granos de café justo antes de cerrar la tapa y echándole el ojo a un grano particular: ‘Este es el mío.’ A partir de ahí, cada vez que una de las aspas del molinillo (a varias docenas de revoluciones por segundo) amenaza con cortar el grano marcado, el diablillo se adelanta, y le da un empujoncito justo lo suficiente para salvarlo de una sangría segura. Y así durante treinta segundos; o sea unas mil veces en total.
 
Quizá la imagen os resulte de tebeo (o gedanken como a los físicos gusta de llamar), pero tened la certeza de que esto ya se puede hacer. De hecho ya hace algunos años que se diseñaron conceptualmente los sistemas de ingeniería caótica. Consisten estos en lo siguiente. Los sistemas caóticos pueden caracterizarse (estadísticamente) por sus atractores (más o menos extraños), que no son otra cosa sino ‘la figura’ que forma el conjunto de sus estados posibles en el espacio de fases. Pues bien, los ingenieros se las ingeniaron para diseñar sistemas de control tal que cuando un sistema dinámico pasa cerca de un estado determinado, se le da un pequeño empujoncito para mantenerlo en ese estado (una vez bien caracterizada su dinámica mediante el atractor). Por ejemplo, como conocemos bien la dinámica de un corazón, es posible diseñar un ‘marcapasos’ que analiza constantemente el ritmo cardíaco y mantiene al corazón siempre dentro de los límites de su atractor, evitando que se vaya por los caóticos cerros de Úbeda y sufra arritmias, etc.
 
En fín, a pesar de la improbabilidad de algunos procesos, en la zarza ardiente mencionamos que al fín y al cabo los outliers existen. Sin embargo, me pregunto cuántos sucesos improbables tienen que ocurrirme antes de comenzar a preocuparme.
 
Cuando ayer llegaba a casa, se me acercó un señor y mantuvimos esta conversación (aproximada):
 
Vecino: ¡Buenas tardes! Soy su nuevo vecino; hace unos días que compré esta casa de enfrente.
Enrique: Hola, buenas tardes. Me alegro de conocerte. Y bienvenido, notarás que por las noches se levanta una refrescante brisa que se agradece en verano. Me llamo Enrique Pérez. (Ofreciendo la mano para saludar.)
Vecino: Me alegro de conocerte, Enrique. Yo me llamo Luz D. Maxwell.
...
Ayer no le dí más importancia; pero desde esta mañana, después del episodio del grano de café, cada vez que pienso en el nombre del vecino un escalofrío me recorre la columna de arriba a abajo, acompañado de una sensación arcana de miedo indefinido ...
 
Miguel responde:
 
Hola Richard,
 
Es difícil en mi desordenada, no se si caótica en el sentido físico, escribirte cosas tan inteligentes como las que tu planteas, pero hay algunos puntos que quiero comentarte.
 
 ..- Te tengo que invitar un día a tomar café en mi piso, ya que allí tengo una máquina de hacer café italiana de brazo, que me compre rememorando mis raíces de los Pasteles. Me acuerdo de mi madre hace muchos, muchos años, cuando las maquinas de los bares eran todas de brazo, que decía que no llegaba a poder empuñar el brazo para tirar de el. Por eso me la compré, y por supuesto un molinito casi industrial de los que usan en los bares para el descafeinado. Cuando se te rompan los que tienes, te recomiendo que te compres unos que vende a muy buen precio en el MACRO.
 
 ..- Lo del grano de café, que espero que indultaras, podríamos relacionarlo con el problema de las nueces de Brasil, hay granos más o menos densos, este por lo que fuera en las primeras molidas se quedo un poco por encima, y ya no bajo hasta las muelas. Se me ocurre preguntarte por el problema del triangulo de las Bermudas, que no tiene nada que ver pero hace poco me comentaron una posible explicación: Parece que en el fondo del mar hay unas bolsas enormes de metano, que de pronto escapan formando una especie de espuma, por supuesto mucho menos densa que el agua, en consecuencia los barcos se hunden. Piensa un poco en esto y me lo cuentas.
 
 ..- Lo último es más raro y escabroso, un día viene Antonio Echarri, te acuerdas de Antonio, y me pregunta
A. E.: ¿Miguel tu tienes un coche con remolque, verdad?
M.C.: yo pensando que me encasquetaría una mudanza a regañadientes le contesto, pues sí.
A.E.: Es que estuve la semana pasada en Escocia y en una Ermita semiderruida de un pueblucho perdido encontré entre las ruinas la tumba de Maxwell, si quieres podremos intentar traernosla......
M.C.: ¿¿¿¿¿¿¿¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡????????????¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿????????????
 
 Salud y libertad
 Miguel de Granada
 
Enrique:
El grano fué, efectivamente, indultado y goza de buena salud.
 
 
Mi vecino Luz D. Maxwell
martes 25 de julio de 2006